La M-521, la ruta de la guerra

Hay carreteras y carreteras. No te das cuenta de la importancia que tienen en tu vida hasta las recorres con los ojos cerrados, en sueños . Soñar con carreteras… suena a locura. ¡Bendita sea!

Algunas de ellas las hacíamos de niños, las admirábamos por la ventanilla del coche, sacando las manos incluso para jugar con el aire. No nos importaba a dónde nos llevaban, simplemente las recorríamos, como días vividos. Algunas te marean y, cuando corre, cierras los ojos y dejas que mezan, que el sueño te invada hasta el final del viaje.

La primera carretera que recorrimos en motos, las curvas que nos enseñaron y nos dieron las alas y la soltura del manejo en libertad. ¡Cómo poder olvidarlas! Las curvas que buscamos ahora, para evadirnos, para desconectar de la rutina y el tedio de la velocidad constante y de la línea recta. Sin duda el espacio es curvo y las buenas carreteras son curvas… por que no queremos llegar pronto, simplemente queremos rodarlas.

La M-521 es una carretera de la sierra oeste de Madrid, mítica entre los motoristas de la comunidad, en la que más de uno se ha dejado algo más de que las heridas. Une las localidades de Villanueva de la Cañada con Robledo de Chavela, y transita por Quijorna, Navalagamella, Fresnedillas de la Oliva y Robledo de Chavela.

He de reconocer que está entre mis favoritas. A penas 30 kilómetros de curvas enlazadas, ideales para aprender a mirar a lo lejos, a jugar con los pesos, y a bailar con sus curvas. Mi consejo es hacerla en subida (dirección Robledo de Chavela).

Destacan dos tramos sobre el resto:

  • Una vez pasado Quijorna, rodeados de agricultura, de bosque bajo y de encinas
  • Llegando Robledo, en la subida al mirador de San Antón, dejándote cautivar por los picos bajos y las rocas desnudas de esta parte de la Sierra de Madrid.
Ruta por la M-521 – la ruta de la guerra

Los pueblos a los que da vida comparten un triste protagonismo en la guerra civil española, especialmente la localidad de Quijorna, la cual sucumbió tras ser bombardeada durante la batalla de Brunete. Recorrer la M-521 es recordar la barbarie que allí se vivió y evitar así que en un futuro las bombas devasten de nuevo lugares tan emblemáticos de la preciosa sierra madrileña. Recordando el pasado evitaremos sin duda que se vuelva a repetir…

 

2 thoughts on “La M-521, la ruta de la guerra

  1. Hola motorista, gracias por la información, pareces una persona respetuosa, considerada, amante de tu deporte y de la naturaleza, pero por desgracia no todas las personas son así. Soy vecina de Fresnedillas de la Oliva uno de los pueblos por los que pasa la M521 y que, desgraciadamente, los fines de semana se convierte en un infierno, con trasiego continuo de ciclistas, motoristas y coches. Así que, a pesar de que ya no hay guerra, la zona se convierte en un auténtico campo de batalla. Nuestra urbanización está en el km 21,500 de esta carretera donde sin respetar el limite de velocidad, las motos hacen sonar sus motores y vuelan a mas de 120 km/hora, en un tramo de curva sin visibilidad, donde te puedes encontrar de repente con un ciclista o dos que ocupan la carretera, un conejo, zorro o gamo que cruzan alegremente, o un vehículo que tuerce a la izquierda para dirigirse al colegio a recoger a su hijo. Aqui, en este punto, ha fallecido recientemente un motorista que chocó de frente contra un vecino de Fresnedillas que se dirigía al colegio. Puedes buscar en internet y completar la cifra de fallecidos tu mismo en esta carretera. Para nosotros son noticias muy tristes, se pierden vidas y aquí es donde termina el disfrute, por eso os pedimos que como personas sensatas, respetéis las señales y no os lancéis a la carretera como si no hubiera mañana los fines de semana. Porque lo cierto es que para algunos y sus familias deja de haber mañana.
    Esta no es una carretera para correr, como bien dices es una carretera rural, hay riesgos siempre porque hay fauna autóctona que cruza, hay poblaciones cercanas y mucho trasiego de rutas ciclistas. A nosotros, particularmente, a pesar de que vivimos en una zona CEPA de especial protección de aves, nos despierta el ensordecedor ruido de las motos cada fin de semana, en lugar del lindo canto de los pájaros y encontrarte con un accidente mortal en la puerta de tu casa deja secuelas. Por otro lado, hace 3 años, sufrimos un devastador incendio provocado por la caída de un motorista que salió ileso y en lugar de buscar ayuda y apagar las llamas, grabó con su video tranquilamente la escena dando lugar a que ese día fatídico de mucho viento el fuego arrasase miles de hectáreas, el incendio duró 3 días, solo quien ha vivido esto alguna vez, entiende el miedo y la impotencia, murieron cientos de animales abrasados por las llamas y varias familias tuvieron que ser desalojadas de sus propiedades.
    No se tu nombre motorista y seguro serás una persona equilibrada, pero para los que sufrimos las secuelas de esta mala práctica ,desde aquí, me gustaría que vieseis el lado menos romántico en la forma de practicar este deporte, que busquéis espacios o pistas para entrenar y que salgáis a disfrutar de la naturaleza, de paseo o con una velocidad razonable y con las precauciones necesarias para no morir de forma tan absurda y no matar a nadie. Espero no te moleste mi relato y que entre todos podamos proteger los entornos naturales y buscar sitios adecuados para cada práctica.

    1. Muchas gracias Nadia por tu comentario. Sin duda alguna el civismo es una de las características más estamos empezando a echar de menos muchos motoristas y amantes de las motos. Nos gustan las carreteras por los pueblos que unen y las personas que en ellos viven. Son la parte más importante del viaje. Desde luego que entre todos tenemos que impulsar una comunidad sana, gobernada por el respeto, la buena educación y el buen ejemplo.

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